Formalización de mi proyecto

The Island Guide (2019)

 

-Apellido y nombre del autor: Nicieza, Carla

Lugar y fecha de nacimiento: España, 14 de marzo, 1996.

Título de la obra y año de realización: The island guide (2019)

-Técnica y soporte: Fanzine, fotomontaje/collage digital

Lugar: España

Género: Fotografía artística

Dimensiones: 14,9 x 10,6 cm

Número de páginas: 6

 

Sobre el proyecto

The Island Guide es un fanzine que guarda en sus páginas una mirada muy íntima y personal de la isla de Mallorca, que se ha convertido en una gran fuente de inspiración a lo largo de estos últimos años, en los que he sustituído el Cantábrico por el Mediterráneo, como lugar de residencia.

El proyecto consta de siete fotografías analógicas, escribiendo con éstas una breve historia, en la que se combina la era analógica y digital, utilizando una pequeña cámara Minolta de 35mm (conseguida en un mercadillo, más barata que el propio carrete) y desarrollando toda la etapa de postproducción digitalmente.

Las siete imágenes se exponen en conjunto, otorgándose significado las unas a las otras. En todas ellas aparecen diferentes lugares y personajes, como la típica abuela alemana, un niño engullendo comida rápida en la playa, una joven haciendo topless…Se trata el turismo desde un punto de vista satírico, sin perder esa paz veraniega, con ropa tendida y una gama de tonos pastel.

 

Propuesta de exposición

El conjunto se titula The island guide porque pretende funcionar como una pequeña invitación alternativa, mostrando diferentes aspectos del lugar, fuera del foco de atención de las guías de viaje convencionales.

La obra funciona como un objeto físico más allá de su contenido.  Desde el punto de vista del giro material, es un elemento que se comparte, se pierde, se estropea..algunos autores le han otorgado el nombre de Moneda visual.

Este trabajo fotográfico está pensado para interactuar con el público, viendo a los personajes de manera familiar, como un vecino, un primo, una abuela…

Se puede compartir por correo postal, uniéndose al movimiento planetario de intercambio y comunicación, el MailArt; pero también de mano a mano, hasta que el material se consuma, o alguien lo conserve como recuerdo, deteniendo su transcurso.

No existe una sala o espacio concreto en el que un cristal o un cordel separen al espectador de la obra, sino que éste se encarga de transportarlo y decidir su rumbo y su valor: unos lo verán como un panfleto ordinario, a otros, en cambio, les puede parecer todo lo contrario.

  

The end.